Quiero que por una vez, cambiemos el sentido de la reflexión, porque está mal concebido que uno se vuelve hacia uno mismo. No nos enfocamos en ningún mundo interior. En realidad el diálogo que establecemos es con lo ideal; el mundo de las ideas, del que tanto habló Platón.
El sentido y la dirección que tomaremos es del interior hacia lo más alto, la cúspide del pensamiento. Este no ver, no oír, no hablar que generalmente lo relacionamos al "no involucrarse", por el contrario, es una actitud hacia la vida que practicaban los grandes maestros focalizándose en el mundo de las ideas, para luego involucrarse en este mundo.