El "azar" que tenemos racionalizada por la matemática, deja de ser azar para los que conocen sus leyes, sigue siendo azar para los que no. El Azar siempre es ejemplificado por medio de la ruleta. Cuando el crupier arroja la pelotita sobre la ruleta, luego de haberla girado, la misma toma una trayectoria y rebota de diferentes formas, hasta alzancar un número. Si supieramos la fuerza y la dirección con que el crupier envía la pelotita hacia la ruleta, y las imperfecciones de la misma, sabríamos como rebotaría y por ende donde caería la misma. Hoy existen simulaciones computacionales que pueden resolver estos casos, con bajos errores. De esta forma, si el crupier pudiera medir la fuerza y la dirección del lanzamiento, conociendo la superficie y el terreno, la banca podría conocer de antemano cual sería el resultado. Los jugadores no, pensando que es imposible aquellos cálculos por parte del crupier y la banca.
Pero quiero plantear un azar todavía más amplio que el racionalizado por las ecuaciones matemáticas, aquel que es imposible de determinar de antemano sus disparadores y las condiciones.
Quizás la humanidad esté demasiado preocupada en controlarlo todo, cuando en verdad tendríamos que dejar de controlarlo para que este AZAR con letras mayúsculas nos guíe hacia mejores condiciones.
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