De la misma forma que en un árbol de decisiones, o genealógico, las decisiones que toman los artistas son múltiples, pero más aún superando los muros experimentales, lo que se publica, la obra, puede ser semilla fértil, en el futuro inmediato o mediato, o quedar directamente en la nada.
Por lo tanto, la originalidad puede tener su correlato en la copia de la misma, total o en partes, perdiendo su fuerza original, para convertirse en una corriente lentamente pero progresivamente aceptada por una minoría, primero, para luego por la mayoría o la masa.
Quiero hacer evidente estas ramas de la originalidad que quedan en la nada hoy, pero que en el futuro pueden ser continuadas por otros; a su vez que lo predominante en el día a día es aceptado por la mayoría, y en menor término por minorías. Pero la originalidad será siempre la fuerza motora de los artistas. La mera reproducción de lo aceptado conlleva a la infelicidad del intérprete.
¿No tenemos algo de artistas ustedes y yo?
¿No tenemos algo de artistas ustedes y yo?