Estimad@s,
Que alegría volver a encontrarnos por este medio.
En los siguientes párrafos, les voy a comentar mi breve opinión sobre dos movimientos sociales muy llamativos y que, mirando en retrospectiva, nos dejan un sabor a esperanza brutal. Un poco de agua para el desierto sinsentido del mundo digitalizado en el que vivimos hoy.
Ambos movimientos encarnaron extrema tensión en las sociedades donde se desarrollaron. Lamentablemente, a veces, con hechos de violencia alrededor de los mismos. Mi intención entonces es unir en alguna medida el mayo francés europeo de 1968 al movimiento hippie estadounidense de los 60´.
El movimiento hippie estadounidense tiene un claro contrincante, la guerra de Vietnam. Es la oposición a la misma, la mejor expresión del significado de vivir haciendo la paz y el amor. Este se caracterizó por reunir a los jóvenes estadounidenses en claros ideales orientales, muy cercanos al budismo. Con enaltecimiento de conceptos como "Vive el aquí y ahora", y el desprecio por lo material, reencontrándose con el espíritu de todas las cosas. El "Flower Power", se refleja concretamente en la entrega de flores a las autoridades policíacas y militares.
Por otro lado, los jóvenes franceses europeos, con un trasfondo más intelectual, ya que su movimiento surge de grupos de estudiantes universitarios, y con el apoyo de intelectuales, buscaron una sociedad también más justa, pero en este caso contra las instituciones políticas que mantenían desigualdades entre los individuos. "La imaginación al poder", también es una expresión de libertad ante el agobio de las antiguas reglas sociales. Con asambleas universitarias y fabriles, han dejado su voz por doquier.
Tengamos en cuenta que estos movimientos sociales se volvieron un estilo de vida para muchos, y han marcado los valores que las diferentes naciones tienen hoy en día. No podemos negar que pusieron sobre la mesa cuestiones como la igualdad entre las personas, el pacifismo y la importancia de hacer valer los derechos humanos, como son el trabajo, la vivienda y el respeto mutuo.
Quisiera finalizar diciendo, aunque no todo concepto de la antigüedad cae en desuso, es importante escuchar las nuevas voces. Lo antiguo y lo nuevo tienen que poder convivir pacíficamente, para construir entre todos un mundo mejor.