En la actualidad observamos el desarrollo de un nuevo mundo. A las realidades física e imaginaria, se le suma la realidad digital / virtual. Internet, es un medio de expresión, comunicación, transacción y contemplación, entre otras funciones, que cala hondo en la sociedad y naturaleza de hoy. Puede pensarse la realidad virtual como un reflejo más cercano del mundo imaginario. Es decir, las tres realidades están conectadas pero la imaginaria y la virtual todavía más.
¿Cómo se posicionan el hombre y la mujer frente a este nuevo escenario?. Quiero referirme, en primer lugar, a la desinhibición que puede provocar el acceso a la biblioteca infinita. El ejemplo más apropiado sería el de una persona que con una careta realiza acciones que nunca haría sino fuera de forma anónima. Con inconsciencia sobre las posibles consecuencias. No es fácil tomar conciencia que miles de personas pueden haber leído un comentario / opinión y actuado en consecuencia.
Por otro lado, se puede representar el conflicto o la dinámica que genera la interrelación de las tres realidades a las que me referí en el principio del artículo: la física, imaginaria y digital. Si la construcción del ser es uno de los objetivos comunes a todos, y en la construcción se pone en juicio el resultado, delante de uno mismo y de los demás; entonces, es importante destacar a quien se dirige la faceta a mostrar en cada ámbito. Si es para uno, para los demás o con una coherencia entre ambos destinos.
Es posible, ante este planteo, que se encuentren diferentes fachadas del ser en las tres realidades.
Finalmente, según la construcción de la personalidad propia de cada uno, puede prevalecer la modalidad presencial con sus efectos sobre la realidad física o la modalidad imaginaria con sus mayores efectos sobre la realidad virtual.
