Las diferencias entre intereses, muchas veces propios pero también inducidos por terceros, hacen que negociemos. Cuando ambas partes llegan a un acuerdo justo, el equilibrio y la solución se han encontrado. De lo contrario, se presenta un conflicto. El mismo puede presentarse en el presente o en el futuro, sobre todo si una de las partes comprende en el futuro que fue estafada, agredida o engañada.
También sucede cuando una de las partes se impone por la fuerza para conseguir su propio interés, sin respetar la propiedad de uno de los negociadores.
En la negociación la comprensión de textos, el cálculo y la comunicación amplia son habilidades necesarias. Formarse en estos aspectos y siendo honestos a la hora de negociar, principalmente de quien entiende que tiene mejor preparación, son fundamentales para no generar futuros conflictos.
El diálogo siempre será la mejor salida para evitar la fuerza de la justicia legal y sus costosos procedimientos.
Si te interesó el artículo no te olvides de clickear sobre alguna de las publicidades de las de ¿izquierda o derecha?.