El pasado es destacado en el psicoanálisis como la patria de cada uno. Solamente comprendiendo los hechos y emociones del pasado, puede uno entender lo que sucede en el presente y proyectar hacia futuro. En esto la memoria cumple un rol esencial.
Únicamente, por medio de la reflexión y el análisis, es que uno puede cambiar el curso de su historia, y también del entorno. La capacidad de elección será siempre en todo lugar la forma de no repetir los errores y seguir tomando las decisiones que fueron correctas.
Es importante hacer mención de lo oculto, lo imperfecto y lo enfermo. Muchas veces estos tres conceptos se cruzan, ocultando lo enfermo y lo imperfecto. Y confundiendo lo enfermo con lo imperfecto. Creo que solamente a luz del sol o de la transparencia se puede curar lo enfermo. Y mostrando lo imperfecto es que se puede aceptar dentro de la sociedad, ya que nadie es perfecto en su totalidad.
El pasado oculto, al hacerse transparente por lo menos a uno mismo, nos permite diferenciar aquello que es imperfecto de enfermo. Aceptando lo imperfecto y curando lo enfermo, pero no creando una confusión entre ellos. Esto nos lleva al pensamiento de que no somos compartimentos estancos, sino que estamos en constante cambio. Ojalá para el bien de todos, tengamos un horizonte de perfección ético, que comprenda a uno y a la sociedad en su conjunto.